Shut up and deal…

El 31 de diciembre la blogosfera se llena de balances y buenos propósitos. Ya sean blogs profesionales o blogs personales, de esos que solo leen nuestros amigos, todos nos dedicamos a analizar lo que nos ha traído el año que se acaba y lo que planeamos y esperamos que nos traiga el próximo. No todos acabamos dejándolo por escrito, pero todos lo pensamos, como mínimo, en la cena de Nochevieja o mientras miramos las uvas una por una dentro de la bolsita esperando a que den las dichosas campanadas.

Es curiosa la disparidad que estoy viendo este año, entre los blogs de colegas y amigos, o de gente a la que simplemente sigo. Para algunos ha sido un año más, para otros ha sido muy bueno y otros lo mandan a paseo y no quieren volver a verlo nunca más.

En mi caso ha sido un año más que aceptable. No el mejor, pero ni de lejos ha sido el peor. He hecho de todo y lo he pasado muy bien. Digamos que he sentado las bases para que 2013 sea un gran año, pero eso es mucho suponer y, como mucho, sólo un propósito. Eso aún esta por ver y no soy de adelantar acontecimientos.

En lo personal, he seguido viviendo al lado de la persona a la que quiero, es más, nos mudamos de piso y desde que vivimos allí vemos las cosas de otro modo (parece increíble lo que puede dar de sí un cambio de aires aparentemente simple). Seguimos enfrentándonos a lo bueno y malo de la vida juntos y aguantándonos mutuamente (que en eso consiste el amor, al fin y al cabo), pero con un poco más de optimismo. También he visto a mis dos mejores amigos pasar por el altar y apoyarse y seguir adelante a pesar de sus dificultades (que sé que las tienen). Se merecen lo mejor y desde aquí se lo deseo. También he estrechado lazos con personas que eran antes conocidos y ahora puedo llamar amigos, de los buenos. Por último, que soy de las que dejan siempre para el final lo más importante, está mi familia, que no ha cambiado, que sigue ahí, en la distancia, pero muy cercana siempre en mis pensamientos.

En el terreno traductoril ha sido un año muy movido. He visto como el proyecto de la revista Traditori crecía y se afianzaba (mi aportación es minúscula pero sé todo el trabajo que hay detrás de él y me siento muy orgullosa de ese proyecto y de todo el equipo que le da vida), me he movido más por las redes sociales, también decidí asociarme y entrar en APTIC. A raíz de todo ello he entrado en contacto con muchos otros profesionales. He conocido a gente estupenda, maravillosa, gente que me ha descubierto lo bonito que es pertenecer a este gremio. Para mí, sin duda, ha sido lo mejor del año.

Por último, todo esto me ha dado ánimos para que decida luchar por lo que quiero, hacer todo lo posible, así que decidí someterme a un buen proceso de reciclaje y seguir formándome o, dicho de otra manera, volver a empezar. Hice el curso de corrección de Cálamo & Cran y eso ha sido solo el comienzo. Ha surgido en mí un interés por el mundo editorial que no se va a ir tan fácilmente, por lo que más me vale alimentarlo y darle alas.

Para este año 2013 tengo muchos proyectos y buenas intenciones, pero no contaré mucho, porque están aún en fase embrionaria. Son castillos en el aire que pueden materializarse o no. De momento, voy a seguir formándome como si volviese a ser una recién licenciada, voy a seguir buscando clientes y proyectos en los que participar y voy a seguir disfrutando de la compañía (virtual y en persona, que quedan muchos saraos por delante) de todos los colegas que he conocido, de los que me quedan por conocer, y de la familia y los amigos que ya están a mi lado desde hace mucho. Sois fantásticos y os debo mucho, más de lo que creéis.

Mucha gente hace sus propósitos cada 1 de enero y el día 2 vuelve a su trabajo. Al final, nada cambia y la rutina arrastra los propósitos y las buenas intenciones con ella. Yo me he propuesto cambiar, dar un giro a mi vida, intentarlo al menos, y creo que ya va siendo hora de que me deje de palabrerías y pasar a la acción o, como dicen al final de mi película favorita (porque si no la aplicase a mi propia vida no sería mi película favorita y no me serviría de mucho), shut up and deal. Y eso es todo.

Se me olvidaba, además de todo esto he seguido, sigo y seguiré dibujando. ¡Qué sería de mí sin mi terapia personal!

¡Feliz 2013!